La Iglesia, sabiéndose enviada al mundo por el mismo Señor a continuar su misión evangelizadora, no sólo ofrece a todos generosamente el tesoro de la Palabra de Dios y de los sacramentos, sino que además se muestra constantemente atenta y solícita de las necesidades y sufrimientos de sus contemporáneos. Y así su acción evangelizadora, lejos de quedarse solamente en palabras, se hace eficaz en hechos y signos de justicia, amor y solidaridad, que hacen visible el amor de Dios y preludian la salvación que esperamos. De este modo, el servicio de la caridad en la Iglesia no es sólo una tarea particular de cada cristiano, sino de toda la comunidad eclesial que, de este modo, manifiesta su naturaleza más íntima.

Desde la Comunidad Cristiana de Benissa, pensamos que es imprescindible para una nueva evangelización la presencia de laicos en todos los ámbitos de la parroquia. Sin duda esta es la hora de trabajar en una nueva imaginación de la caridad, para que nuestra acción evangelizadora resulte más creíble.

En este apartado nos proponemos, incentivar la participación laica y el compromiso a través de los colectivos presentes en la parroquia. Pretendemos:

A. POTENCIAR CÁRITAS PARROQUIAL.

Cáritas en cuanto cauce institucional por el que la Iglesia despliega el ejercicio de la caridad teologal. Es necesario potenciar Cáritas, perfilar todavía mejor sus fines y su identidad, generar en cuantos trabajen en ella una gran ilusión que brota de la fe y del sentirse miembro de la Iglesia y actuar con ella en favor de los más pobres, y para hacer presente la caridad de Cristo, abrir nuevos campos en la atención a la pobreza y a las pobrezas. Queremos alentar la conciencia de que todos los miembros de la comunidad están llamados a implantar la caridad en nuestro mundo y en las relaciones con los pobres y marginados, una conciencia que nos tranquilice con la aportación económica en alguna de las colectas.

B. COORDINACIÓN DE LA ACCIÓN CARITATIVA Y SOCIAL.

Cáritas, no pretende agotar todo lo que es la atención a los pobres y pobrezas de la sociedad. Hay también otras instituciones e iniciativas eclesiales que también se dirigen a servir a Cristo en los más pobres como Manos Unidas. En este orden de cosas no podemos olvidar que nuestra caridad se ha de extender a todos: a los cercanos y a los lejanos, a las pobrezas nuevas y viejas que tocamos todos los días entre nosotros, y a las pobrezas del Tercer y Cuarto Mundo, que tal vez, nos resulte lejano, pero cuyo clamor nos llega y toca muy cerca.

C. NO OLVIDAR ÁMBITOS MÁS COTIDIANOS EN LOS QUE LA IGLESIA HA EJERCIDO SU SERVICIO A LOS DEMÁS.

Uno de ellos es el de la Pastoral de la Salud, en el que se van implicando cada vez más los laicos y que es tan fundamental para que los enfermos se sientan miembros vivos de la comunidad parroquial.

D. EVANGELIZACIÓN DE LA CULTURA.

La Iglesia lleva siglos contribuyendo principalmente a través de sus bienes culturales, históricos y artísticos, pero en el que debe de seguir trabajando, sobre todo fomentando una participación cada vez mayor de los laicos en la vida cultural, intelectual y artística de nuestra sociedad. Las Cofradías y Asociaciones han sabido hacer y deben continuar trabajando para la evangelización de la cultura.