Comenzó a construirse en 1902, en tiempos del rector mosén Vicente Zurita, y fue inaugurada en 1929 por el arzobispo de Valencia monseñor Prudencio Melo, en la rectoría de mosén Vicente Boigues.
La erección de este templo se hizo necesaria ante el crecimiento urbano y de vecindario que había logrado Benissa a lo largo del siglo XIX y por los problemas de conservación del viejo templo de San Pedro.
Los planos originales son del arquitecto alcoyano Vicente Pascual con la colaboración del maestro de obras franciscano fray Maseo Company al que sucedió Adrià Vela. El templo, de estilo neogótico, está planteado en cruz latina, de tipo basilical, con una nave principal y dos laterales, sobre la que se abren las capillas. Las medidas son de 56 metros desde la puerta principal al tras altar y de 29 en el crucero punto donde despega un ancho cimborrio octogonal.
Al pie de la iglesia se sitúa el corazón, que es elevado sobre columnas, teniendo a un lado y al otro dos campanarios, dotados cada uno de ellos con cuatro campanas, y abriéndose a la fachada principal un gran rosetón y otros dos a ambos lados del crucero.
El altar mayor es obra del tallista valenciano Tomás Calvo, construido en 1952 para reponer el que fue quemado en la guerra de 1936. Preside la imagen de la Puríssima Xiqueta en su expositor y dentro de una hornacina, flanqueada por el panteón sagrado benisero.
Los altares laterales son obra del mismo Calvo, y de Benjamín Surià y Cantavieja y alojan varias imágenes de buena factura donde destaca un Hecce Homo de la escuela de Alonso Cano. En el corazón está ubicado un órgano de la factoría de Rogent, en Montserrat, armonizado por Blancafort. En dependencias anexas al templo se encuentra el museo donde se exponen ropas sagradas del siglo XVII y otros objetos de culto, así como el archivo parroquial con registros que comienzan en 1543.